Ileana
Valenzuela
Guatemala
marzo 2017
Una Nueva Economía
para una nueva Sociedad es posible
Resumen
Las Ciencias
Económicas, o sea aquellas que analizan y explican la forma de producir,
distribuir los productos y las riquezas y consumirlos en nuestra sociedad se
han basado desde que comenzó a existir el sistema capitalista en el principio
de que, la búsqueda del interés propio de cada uno de los individuos que
participaban a la actividad económica propiciaría automáticamente el bienestar
de la sociedad en su conjunto.
Esto, sin embargo, a través de los
siglos ha demostrado ser completamente falso. La búsqueda del interés
individual ha dejado de lado toda consideración social y ecológica y nos está
llevando a nivel planetario a un completo caos y a una completa destrucción
(UNRISD, 1995). Los hombres y la naturaleza han perdido sus valores intrínsecos
y, como todo lo demás se han convertido en mercancías que sirven únicamente
para hacer dinero y enriquecer a una elite nacional e internacional, dejando de
lado completamente los intereses de la mayoría de la población mundial y de su
base de subsistencia vital, la Naturaleza.
Los intentos históricos por superar
esta situación con la implementación de regimenes llamados socialistas no han
logrado sus objetivos. En vez de replantearse claramente la necesidad de
construir sistemas de sociedad basados en objetivos y valores sociales
completamente diferentes se han dedicado más bien a querer imitar y sobrepasar
a las potencias capitalistas en su afán materialista de poder económico y
militar, lo que las ha llevado a derrumbarse en tanto que modelos alternativos
y a caer en las redes del capitalismo internacional. Ante esta gravísima
situación, sin embargo, están surgiendo en todo el mundo toda una serie de
experiencias que demuestran que ya existen las tecnologías, los recursos y las
personas necesarias para organizar la producción, la distribución de productos
y de riquezas y el consumo social en forma diferente. En las que la búsqueda de
ganancias monetarias a corto plazo no sea el motor de la sociedad, sino que
este motor sea remplazado por principios de solidaridad, equidad, democracia
verdaderamente participativa, etc. De modo que todos los seres humanos puedan
satisfacer sus necesidades esenciales y aproximarse, en la medida de lo posible
a una sociedad de bienestar en la que no existan las injusticias sociales, ni
guerras, ni niños que se mueran de hambre.
Este es el reto para los economistas
de nuestro siglo, sacar de sus cabezas toda una ideología que los lleva a
trabajar para que el sistema actual se reproduzca y comenzar a fortalecer todas
estas experiencias sistematizándolas y enmarcándolas en un nuevo modelo
económico coherente que proporcione los instrumentos adecuados para comenzar a
construir una nueva sociedad.
I. Conceptos
Para que podamos hablar de la búsqueda de un modelo alternativo de desarrollo territorial
en Guatemala, o en cualquier parte del mundo es necesario primero que analicemos teórica
y políticamente de que estamos hablando cuando nos referimos a un modelo alternativo. Es
decir, es necesario que analicemos lo que significa un modelo para nosotros y definamos
tanto al modelo al que le estamos buscando una alternativa como al nuevo modelo que
buscamos y los criterios específicos que nos permitirán declararlo como un modelo
alternativo. En este sentido proponemos los siguientes conceptos:
Modelo socio económico
Es la forma en que están organizados y se interelacionan los diferentes elementos de una
sociedad determinada con el objetivo de cumplir con la función de reproducirse en el tiempo y
en el espacio. Dichos elementos son, principalmente la naturaleza o ambiente en el que
viven los seres humanos, el tipo de tecnología por medio de la cual se relacionan con la
naturaleza (formas de producir, distribuir y consumir los productos proporcionados por la
naturaleza) y la cultura, o sea, la forma en los seres humanos se relacionan entre ellos e
interpretan, justifican y traducen en su vida de todos los días dichas relaciones.
Que es el modelo capitalista y como funciona:
La sociedad actual y su marco simbólico se explican en
función de un sistema de pensar y de actuar orientados hacia la acumulación y
la concentración del capital en las manos de un pequeño número de habitantes
del planeta, en el que todo se compra y se vende por lo que tanto las personas
como la naturaleza se convierten en mercancías. La lógica subyacente en los
procesos de producción, de distribución de riquezas y de consumo social (de
bienes materiales y no materiales) no es satisfacer las necesidades (físicas y
espirituales) de la población en su conjunto, sino que la dominación y la
monopolización del poder, de los recursos y de las riquezas creadas. Se trata
de procurar a un pequeño sector de la sociedad, transnacionales y elites
nacionales e internacionales, el máximo de beneficios monetarios en el mínimo
de tiempo posible.
Para proporcionar las más grandes ganancias en el
menor tiempo posible a dichas elites, los recursos procurados por la naturaleza
y el trabajo de los seres humanos se explotan al ritmo mas intensivo, violento
y rápido posible, como ha sucedido en América Latina y en todo el mundo, las
riquezas creadas se distribuyen en forma sumamente desigual y se incita a todas
las capas de la población a un consumo cada vez más inútil, contaminante y
nocivo, sin ninguna consideración ni ecológica ni social. En el marco del
modelo capitalista, tanto la naturaleza como las comunidades humanas son
destruidas violentamente (deforestación, megaproyectos, represión, pillaje y
despojo de tierras, guerras, hambrunas, miseria, enfermedades, etc.) y están en
peligro cada vez más grande de extinción. A pesar de que, teóricamente, el
modelo supone satisfacer las necesidades de toda la población sin tener que
preocuparse por aspectos ni sociales ni ecológicos, las formas en que están
organizadas las formas materiales de reproducción amenazan directamente la
sobre vivencia de la naturaleza, tal como la conocemos actualmente, y de la
humanidad. En este sentido, el sistema capitalista ha perdido su validez
histórica pues es completamente incapaz de hacer un uso adecuado de los
inmensos avances de la ciencia y de la tecnología para satisfacer las
necesidades de la mayoría de la población y permitir el bienestar y la felicidad
de todos los seres humanos.
Que es una alternativa al modelo capitalista
Una alternativa al modelo capitalista significa romper
con el marco mental y simbólico, con los objetivos con los valores y con la
forma de organización de dicho modelo para arriesgarse a construir otro marco
mental (que corresponda mejor a la realidad y a los nuevos objetivos sociales
que se plantea la sociedad), otro modelo social con otra estructura y formas de
funcionamiento económico y otras entidades de gobierno populares susceptibles de
dar forma a una sociedad mejor que la presente. O sea, cambiar el modelo basado
en la acumulación de capital por un sistema que apoye y propicie activa y
solidariamente el desarrollo autónomo de las diferentes comunidades y grupos
sociales integrados a nivel rural y urbano, para crear una dinámica en la que
se genere la difusión multiplicativa de toda una serie de formas de producción
sostenible, de servicios sociales, ecológicos y culturales sostenibles, de
manera a consolidar conglomerados de soluciones a niveles local, nacional,
regional e internacional. La búsqueda de ganancias y la concentración y
acumulación de riquezas, a corto plazo, tiene que ser remplazada por objetivos
sociales y ecológicos a corto, mediano y largo plazo.
Una alternativa
no es entonces la simple agrupación de actividades diversas o de proyectos
dispersos y aislados, que de manera formal o discursiva afirman trabajar por la
democracia, la equidad y la justicia. Una alternativa verdadera al sistema en
el que vivimos no puede darse fuera de la construcción de un nuevo modelo
socio-económico en el que las relaciones y el funcionamiento entre los
elementos naturales, tecnológicos, científicos, culturales, etc. se efectúen
con otra lógica y con otras prioridades que las del sistema actual.
Que es la etapa de transición entre el modelo
capitalista y el modelo alternativo.
El sistema capitalista ha eliminado de su discurso
toda noción de clase, de lucha, de explotación y de cambio social para
substituirlas por nociones vagas y sin contenido político. Por mistificaciones
y artificios que de ninguna manera cuestionan al sistema socio-económico
existente, haciendo creer, por ejemplo, que los derechos humanos, la liberación
de la mujer y de los trabajadores, la paz y la justicia, etc., pueden
alcanzarse dentro del marco del sistema capitalista. Los gobiernos y las
diferentes organizaciones y agencias (nacionales e internacionales) reproducen
en su interior el mismo sistema simbólico, las mismas desigualdades,
rivalidades, jerarquías e injusticias disfrazándolas bajo un discurso de
democracia, justicia e igualdad, reproduciendo la misma represión, los mismos
trámites burocráticos y tediosos, la misma tecnocracia y el mismo autoritarismo
que dicen combatir.
La contradicción que existe entre la realidad y el
discurso, entre los objetivos verdaderos del modelo y los medios que se piensan
utilizar para llegar a ellos, el doble lenguaje que utiliza y la confusión
conceptual se deben a que nos encontramos en una etapa histórica de transición
en la que dos modelos de sociedad, completamente diferentes, se enfrentan a
nivel planetario. Por una parte, una sociedad globalizada en la que el
capitalismo está llegando a sus limites y, aunque parece más poderoso que nunca
e inatacable, se ve obligado a explotar cada vez más los últimos recursos
naturales, a recurrir a la mano de obra de poblaciones cada vez más pobres y
marginadas, a hacer grandes inversiones en macroproyectos, la industria militar
y la guerra y a recurrir a grandes especulaciones financieras y al crimen organizado
para mantenerse a flote, detener su caída y poder seguir reproduciéndose. Una
sociedad altamente tecnificada y militarizada en la que los seres humanos
podrían resolver la gran parte de sus problemas, organizarse en forma verdaderamente
democrática y dejar de ser esclavizados por la explotación si solamente la
tecnología, la energía y el trabajo se utilizaran para el bienestar de todos,
para regenerar y conservar los ecosistemas y los tejidos sociales destruidos en
vez de dedicarse, como ahora, únicamente a la obtención de cada vez mas dinero
y poder económico y político para una minoría.
Por otra parte, como producto de la
misma globalización, comienzan a surgir y a fortalecerse en todo el mundo
múltiples organizaciones y movimientos sociales los cuales, aunque tengan
muchas contradicciones y comiencen solamente a ser concientes de ello, en
realidad, están contribuyendo a construir otro modelo de sociedad. Están
construyendo otros objetivos y valores (democracia, equidad, solidaridad,
etc.), otra forma de organización con nuevas formas de producir, consumir y
distribuir la riqueza, el conocimiento y el poder de decisión, con nuevas
actitudes y nuevos comportamientos sociales y con un gran respeto hacia la
naturaleza y hacia la diversidad de sexos, étnica, cultural y biológica.
Estos dos modelos coexisten el uno al lado del otro a
todos los niveles y se hacen concesiones mutuamente: Para mantenerse, el
sistema en declive tiene que apropiarse los nuevos conceptos de la sociedad por
venir y se disfraza para vestir al modelo al que quiere seguir sosteniendo
artificialmente por el mayor tiempo posible. Por medio de la manipulación
ideológica y conceptual, por medio de la guerra, la represión y la violencia
sigue imponiendo un modelo que ya ha demostrado su ineficacia, su incapacidad y
los efectos nocivos que tienen sobre el ambiente y sobre la sociedad, mientras
que, para fortalecerse el nuevo modelo tiene que definirse y construirse a
partir de los moldes del pasado, creando una nueva sociedad a partir del
sistema capitalista decadente que existe actualmente, sobrepasandolo.
Esto significa que el modelo
capitalista, al mismo tiempo que tiene un carácter sumamente reaccionario y
busca ampliar y reproducirse tiene que utilizar toda una serie de conceptos
como desarrollo sustentable o desarrollo humano para poder desenvolverse. Pero
significa también que las personas que luchan por ese otro tipo de sociedad,
más democrática, solidaria y equitativa tienen que comenzar, como ya lo están
haciendo, a imaginar y construir sus alternativas a partir de la realidad en la
que viven, criticándola creando nuevas actividades, actitudes y comportamientos
y construyendo conceptos, metodologías, estrategias y formas de producción,
distribución y consumo diferentes que les permitan avanzar cada vez más hacia
sus nuevos objetivos.
Es solamente analizando este contexto histórico de
transición y estando claros sobre los conceptos que utilizamos que podremos
comenzar la búsqueda de un modelo alternativo de desarrollo territorial en
Guatemala y del papel de la empresa, la sociedad y las instituciones.
II.
Un modelo alternativo al sistema capitalista actual es posible?
No es la primera vez que ante la humanidad se presenta
la necesidad de remplazar un sistema socio económico por otro. Varias veces han
cambiado las condiciones materiales de existencia de los seres humanos y con
ellas su forma de organización social, sus objetivos y valores sociales y sus
formas de producir, distribuir y consumir los bienes que necesita para su sobre
vivencia en tanto que especie. Desde que termino la prehistoria, los miles de
años durante los que los hombres vivieron de la caza, la recolección y la pesca
y se conformaron las cualidades humanas de solidaridad, cooperación, equidad,
etc., que se necesitaban para afrontar con éxito las amenazas y peligros que
las fuerzas de la naturaleza representaban, estos cambios sociales se han
caracterizado por: 1) Llevarse a cabo espontáneamente, fuera de la conciencia
de los hombres que desconocían el funcionamiento de la sociedad y comenzaron a
construir toda una serie de mitos, religiones y ficciones para justificarlos;
2) Llevarse a cabo en forma violenta en movimientos en los que nuevos grupos
sociales que buscaban el poder y la riqueza lograban adherir a su lucha y a sus
proyectos a los grupos mas desposeídos de la sociedad, logrando conformar una
fuerza los suficientemente fuerte como para eliminar a las antiguas clases
dominantes; 3) Sustituir las formas de
dominación y explotación de una clase sobre los demás seres humanos y la naturaleza, por nuevas formas de
dominación y explotación y por nuevas clases sociales. Nuevos opresores surgían
de las clases emergentes que tomaban el poder y sus objetivos no eran
satisfacer las necesidades de la mayoría de la población sino convertirse ellos
mismos en opresores, mientras que las grandes mayorías se adaptaban, no sin
luchar, a las nuevas formas de opresión y explotación.
III Los retos en la construcción de una nueva economía
en el siglo XXI
Después de
una rica experiencia histórica de más de 10,000 años, la construcción de una
nueva economía en el siglo XXI presenta los siguientes retos:
1)
Realizarse en forma conciente y organizada por personas,
comunidades y colectivos informados, que conozcan la forma en la que funciona
el modelo socio económico y político actual, sus tendencias destructoras y sus
debilidades y sean capaces de comenzar a construir en forma articulada y
conciente una nueva economía con nuevos objetivos sociales.
2) Unir al movimiento social en
función de los objetivos e intereses de la mayoría de la población, cada vez
más conciente e informada y cada vez menos manipulable por los diferentes
grupos de poder, promover la paz y, de preferencia, formas de acción no
violentas.
3)
Eliminar la dominación y la explotación entre los diferentes grupos
sociales y asegurar el acceso equitativo de toda la población a los recursos
naturales, tecnológicos, culturales, financieros, necesarios para la construcción
de una nueva sociedad.
Para ello,
será necesario comenzar a desenmascarar los mitos sobre los que se basa el
presente sistema socio económico como los enumerados por Korten (1995):
- El mito de
que el crecimiento económico (PIB) es una medida valida para medir el
bienestar de los seres humanos y el progreso.
- El mito de
que el libre Mercado permite la
distribución eficiente de los recursos de la sociedad.
- El mito de
que la expansión del comercio beneficia a toda la gente.
- El mito de
que la globalización económica es inevitable.
- El mito de
que la grandes corporaciones son instituciones benevolentes, libres de la
interferencia de los gobiernos que procuran un ambiente limpio y la
creación de empleos para los pobres.
- El mito de
que los inversores extranjeros pueden crear la prosperidad en las
diferentes localidades.
IV La construcción de alternativas a diferentes
niveles y nuestra responsabilidad social e individual
El nuevo modelo social no puede ser definido en oficina,
sino que tiene que ser construido teóricamente-realizado-vivido-reconstruido y
así continuamente en un proceso continuo en el que teoría y practica,
pensamiento y acción, deseable y posible, sueños y realidad se equilibren y se
complementen constantemente. Una alternativa al modelo económico actual no
puede ser definida ni implementada fuera de la práctica social de las
comunidades y de los pueblos, son ellos quienes afrontan los mayores problemas,
los que están buscando las soluciones y luchan por implementarlas y son ellos
los que construirán la nueva sociedad.
Una alternativa deberá tener un fuerte carácter
aplicado en el que los trabajadores intelectuales (economistas, sociólogos,
antropólogos) se asocien estrechamente a o surjan directamente de los
diferentes movimientos sociales para definir con ellos los objetivos, los
medios y los mecanismos necesarios para alcanzarlos. El desafío consiste en
encontrar los campos de reflexión-acción posibles y los mecanismos que nos
permitirán a partir de una multiplicidad de realidades concretas definir,
implantar y consolidar un nuevo modelo económico y un nuevo proyecto de
sociedad lo suficientemente flexibles como para adaptarse a la diversidad
existente en todo el mundo y respetarla. Un nuevo proyecto lo suficientemente
sólido y consistente como para consolidar los diferentes movimientos sociales
en torno a un objetivo común mínimo en el que se especifiquen claramente las
condiciones, lineamientos o criterios básicos de la nueva economía y de la
nueva sociedad. Por ejemplo: No podrá haber ni democracia ni justicia social mientras la organización
económica de nuestra sociedad este basada en la desigualdad y permita que hayan
niños que se mueran de hambre; No se podrá resolver el problema alimentario ni
a nivel mundial ni a nivel local, mientras la comida sea una mercancía y el
sistema económico este organizado prioritariamente en torno a la exportación de
alimentos ahí donde se encuentra la ganancia más alta en vez de organizarse
para que no exista en el mundo un solo niño que se muera de hambre, etc.
No se trata de crear nuevos dogmas ni de uniformizar
nuestras formas de pensar, actuar, esperar y desear, como lo hace el sistema
actual sino de, en el marco de la rica diversidad de nuestras culturas y
nuestros pueblos, encontrar los puntos de acuerdo mínimos que nos permitirán luchar
y trabajar juntos en vías de una sociedad en la que no existan ni explotación ni
injusticia.
Los campos y
los espacios donde tienen que cambiar las formas de organización, los objetivos
y los comportamientos sociales y económicos son múltiples: la educación, la
salud, el urbanismo, la conservación de la naturaleza, la implementación de una
agricultura y de actividades económicas sostenibles, la descontaminación del
agua y de los suelos, la defensa de la niñez abandonada y explotada, etc., por
lo que los actores y las respuestas que se den a los diferentes problemas
deberán ser también múltiples.
Una sola persona o un solo grupo social solos no
pueden resolver todos los problemas, pero cada uno a diferentes niveles
(familia, comunidad, nación, mundo) tiene un área de influencia en la que puede
comenzar a cambiar la lógica del sistema actual. Lo importante es consolidar
todas esas acciones, articularlas, unificar sus objetivos esenciales,
sistematizarlas para aprender de las diferentes experiencias y dirigirlas hacia
la construcción de la nueva lógica y de la nueva sociedad. Lo importante es
definir los lineamientos susceptibles de orientar las diferentes acciones
sociales hacia una acción conjunta, coordinada y articulada en la que los
diferentes actores se comprometan con los intereses de las generaciones
presentes y futuras.
Esto sólo puede
lograrse en una dinámica de construcción basada en un equilibrio complejo y
difícil en el que: la teoría y la practica, la unidad de objetivos y la
multiplicidad de respuestas (adaptadas a cada situación y cultura
determinadas), la centralización de voluntades a nivel nacional e internacional
(contra el hambre, contra la guerra, contra la injusticia, etc., y por el
bienestar, la paz, la justicia, etc.) y la descentralización de la toma de
decisiones a nivel local, lo individual y lo colectivo, el corto-mediano y
largo plazo, etc., se armonicen un proyecto aplicado de construcción social,
coherente y articulado.
Conclusiones
La construcción de una nueva economía y el proyecto de
una nueva sociedad tienen un fuerte carácter político, suponen la desmitificación
de los paradigmas económicos y culturales actuales, el rechazo de las
declaraciones de intención del discurso político actual y la construcción a
todos los niveles de nuevos comportamientos y actitudes sociales. Al oponerse a
una lógica, a una organización y a un funcionamiento social determinados se
opone directamente a los intereses y a los grupos sociales que se ven
beneficiados por dicho sistema y están dispuestos a defenderlo por todos los
medios (incluyendo la guerra y la muerte).
La definición e implementación de las alternativas es
una acción intencional con un sentido político explicito, ya que significa la
lucha y el trabajo conscientes y perseverantes de los diferentes actores
sociales por un tipo determinado de sociedad más justa, equitativa,
democrática, convivial y sostenible. La participación a la construcción de
dicho proyecto supone personas formadas, conscientes de la forma en la que la
sociedad funciona, de los objetivos que quiere alcanzar y de la forma de
alcanzarlos. Supone también la repartición equitativa de los recursos
naturales, tecnológicos, científicos, etc., que actualmente están siendo
monopolizados por una minoría, así como la lucha por la paz y la no violencia.
Los diferentes actores sociales tienen que adquirir la
capacidad de tomar las decisiones que impactan directamente su vida familiar,
comunitaria, nacional e internacional en forma autónoma con conocimiento de
causa y responsabilidad. Lo que significa un proceso de aprendizaje colectivo continuo
en el que tengan acceso a las informaciones a diferentes niveles y sean capaces
de procesarlas y analizarlas para definir sus objetivos y prioridades,
seleccionar los medios, mecanismos e instrumentos apropiados para alcanzar sus
objetivos y tomar las decisiones adecuadas a cada situación, lo que da al
proyecto alternativo, además del carácter político, un fuerte carácter
pedagógico y democrático[1].
E implica también la construcción de una nueva
economía, íntimamente relacionada con los problemas sociales y ambientales, en
la que las empresas y las instituciones, la creación de riquezas, el consumo y
la distribución correspondan a los objetivos de solidaridad, equidad y trabajo
conjunto que se fije el conjunto de la sociedad en vías de su bienestar y
felicidad.
BIBLIOGRAFIA
IUED,
Sous la direction de Yvonne Preiswerk et Fabrizio Sabelli, Pratiques de la
dissidence économique, Réseaux rebelles et créativité sociale, PUF, Paris, 1998.
Korten, David, Economic myths, basado en When Corporations Rule the World, Kumarian Press
and Berrett-Koehler Publishers, 1995.
Polany,
K., La grande transformation, Aux
origins politiques et économiques de notre temps, Gallimard, 1983, Paris.
UNRISD,
Etat de desarroi : Les
repercutions sociales de la mondialisation, UNRISD, Londres, 1995.
[1] Hay que
señalar, sin embargo, que dicho proyecto alternativo no será valido que a
partir del momento en que las diversas iniciativas de cambio social que existen
actualmente se lo apropien, rompan con el proyecto neoliberal de crecimiento
económico y comiencen a consolidar redes y lazos orientados construir un nuevo
modelo económico de manera democrática, equitativa y solidaria a todos los
niveles. Esto implica que, en el futuro, el programa de reconstrucción del
bosque, por ejemplo, deberá articularse de manera coherente con toda otra serie
de estrategias y programas alternativos de en lo que concierne, por una parte,
la educación, la salud, el hábitat, etc. y, por otra parte con el ordenamiento
territorial, manejo y formas de utilización de otros recursos naturales como el
agua, el suelo, la biodiversidad, etc.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario