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En la era de las máquinas prosperará solo un tipo de
organización: la humana
Dov SeidmanFounder and Chief Executive Officer, LRN Corporation
El mundo no solo está
cambiando rápidamente, también se está reformando de forma drástica. Se está
reformando más rápido de lo que las personas y las instituciones aún pueden
responder. Los avances y problemas tecnológicos recientes han creado un mundo
que funciona de una forma tan diferente que debemos esforzarnos por comprender
su significado y adaptarnos a las circunstancias que se nos presentan. Este
nuevo mundo plantea grandes desafíos para las organizaciones de todo tipo, que
tratan de fomentar la adaptación y, al mismo tiempo, establecer una fuente de
desarrollo.
En enero, el presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab,
reconoció este desafío y se refirió a esta conmoción económica y cultural como la Cuarta
Revolución Industrial. En especial, señaló el hecho de que las
fronteras que dividen el mundo digital del físico se vuelven cada vez más
indefinidas, y la diferencia en las habilidades que separaban claramente al
hombre de la máquina se está erosionando.
Tomemos, por ejemplo, el reciente aumento en popularidad del juego de
realidad aumentada para celulares Pokémon Go,
que atrajo a 25 millones de usuarios en solo unas pocas semanas. Su éxito
ofrece solo un simple ejemplo, entre muchos otros, de cómo nuestros mundos
naturales y virtuales se funden unos con otros. Y a medida que las máquinas se
vuelven más inteligentes e intelectualmente ágiles, los humanos no solo deben
lidiar con la perspectiva de
un futuro de desempleo, sino también con las consecuencias más
profundas de lo que significa ser reemplazados como especie. Los rápidos
avances en inteligencia artificial nos obligan a enfrentarnos a una pregunta
que es filosófica y profundamente personal: “¿Qué me hace especial?”
Qué significa ser humano en la era de las máquinas
Nos encontramos en medio de una revolución, una que empequeñece a las
revoluciones industriales que la precedieron. Lo que estamos viviendo en la
actualidad tiene una sorprendente similitud en magnitud y alcance con la
revolución científica del siglo XVI. Los descubrimientos de Copérnico y
Galileo, que cuestionaron nuestro conocimiento del mundo que nos rodea y más
allá de nosotros, inspiraron a otras personas a plantear profundos
interrogantes sobre la naturaleza de la humanidad y sobre cómo las sociedades
deberían organizarse y gobernarse. La Revolución científica afectó la manera en
la que la raza humana pensaba sobre sí misma. Ahora, tenemos la oportunidad de
aprovechar la revolución actual como lo que es: un momento poderoso y decisivo
para replantearnos lo que significa ser humano. En la revolución actual, no
solo necesitaremos repensar la naturaleza y estructura de nuestras industrias e
instituciones, sino que también deberemos crear nuevos sistemas que coloquen a
los seres humanos en el centro y lidiar con las consecuencias transformadoras
de dicho cambio.
Debemos tener el valor para resolver la cuestión de qué significa ser una
persona en la era de las máquinas inteligentes, y qué factores hacen humanas a
las organizaciones compuestas por personas, como los gobiernos, corporaciones y
ONG. El pasado octubre, el profesor Schwab puso de relieve este desafío cuando
preguntó, "¿Tendrá la
Cuarta Revolución Industrial un corazón humano?" Esto plantea
un difícil reto y una oportunidad extraordinaria. Según lo escrito por
el profesor Schwab, “la Cuarta Revolución Industrial podría, de hecho, tener el
potencial de ‘robotizar’ a la humanidad y, por lo tanto, privarnos de nuestro
corazón y de nuestra alma. Pero como complemento de lo mejor de la naturaleza
humana (creatividad, empatía, gestión) también puede llevar a la humanidad
hacia una nueva conciencia y moral colectiva basada en un sentido de destino
compartido”.
En un mundo que remite cada vez más a la habilidad cognitiva de la
inteligencia artificial, solo el corazón humano puede motivar la moralidad, la
imaginación, la ética, la compasión y la empatía. El corazón humano demuestra
tener conciencia sobre las otras personas y diseña tecnologías cuya meta es el
avance y la elevación humana, no la destrucción.
Una economía humana
“En el transcurso del siglo XX, las economías maduras del mundo pasaron de
ser economías industriales a economías del conocimiento”, según el
artículo de noviembre de 2014 que escribí para Harvard Business Review.
“En la actualidad, estamos atravesando un momento crucial de transición a
economías humanas”.
Ahora debemos trabajar para poner a la humanidad en el centro de todos
nuestros esfuerzos. Esto se puede lograr cultivando nuestra cualidad humana más
exclusiva, nuestra habilidad para hacer una pausa. Cuando presionamos el botón
de pausa en una máquina, la acción se detiene. Pero cuando los humanos se toman
una pausa, comienza el verdadero trabajo de reflexión.
La empatía, la compasión, la imaginación y otras formas de comportamiento
humano elevado no podrían existir si no hiciéramos pausas. Al tomarnos un
descanso de lo que sucede en nuestras vidas cotidianas, nos sentimos libres
para reconectarnos con nuestros valores y preocupaciones más profundos y
enfrentar los problemas con integridad, coraje y humildad. Es en la
pausa que podemos reflexionar profundamente sobre nuestros desafíos. Al
tomarnos una pausa, nos reconectamos con nuestra humanidad y nuestra fuente de
sentido. Repensamos nuestros supuestos y modelos y reimaginamos nuevas
instituciones y lo transmitimos. Este enfoque nos permite ver nuestros problemas
de maneras completamente nuevas.
Debido a que los trabajos altamente cualificados dependen cada vez más de
máquinas, los humanos deben desarrollar sus capacidades y cualidades humanas
más profundas. Paradójicamente, los abrumadores avances tecnológicos de las
últimas décadas han dejado en evidencia la necesidad fundamental de la
educación humanística. El CEO de Microsoft Satya Nadella
recientemente escribió, “Para mantener su relevancia, nuestros
hijos y los hijos de nuestros hijos necesitarán empatía... percibir los
pensamientos y sentimientos de otras personas… La ética y el diseño van de la
mano”.
Los humanos y las máquinas pueden complementarse unos con otros, siempre
que nos ocupemos de considerar cosas como la empatía y la ética al momento de
desarrollar inteligencia artificial. Nadella escribió, “Si hemos incorporado
los valores y los principios de diseño adecuados, y si nos hemos preparado para
las habilidades que necesitaremos como seres humanos, las personas y la
sociedad pueden prosperar”.
Las máquinas podrán llevar a cabo las tareas asignadas, pero solo los
humanos podrán redefinir, superar y elevar esas tareas. Las máquinas pueden ser
medidas según las expectativas que cumplen. Pero los humanos son los únicos
capaces de enfocarse en cómo colaboramos, cómo generamos confianza y cómo
innovamos, y modificar su comportamiento a medida que surgen cambios.
Lo que se necesita para progresar en la Cuarta Revolución Industrial
Entonces, ¿cómo pueden los líderes empresariales crear las condiciones que
permitirán a las personas aprovechar sus habilidades humanas más especiales? El HOW Report, un nuevo
análisis estadístico interindustrial sobre 16 000 empleados en empresas de 17
países, ofrece un camino a seguir. Demuestra que las organizaciones autónomas,
que cuentan con un propósito y les dan a las personas la autonomía y la
flexibilidad para hacer su trabajo lo mejor posible, están listas para alcanzar
los mejores resultados en este nuevo mundo laboral.
El informe clasifica a las organizaciones en tres modelos: “obediencia
ciega”, “consentimiento acordado”, y “autonomía”.
Las organizaciones de obediencia ciega funcionan
mediante principios de mando y control y de vigilancia. Se espera que los
empleados sigan las reglas y se los sanciona si no actúan dentro de los
parámetros esperados. Estas organizaciones le dan poca importancia al
desarrollo del vínculo entre colegas, con los clientes o dentro de la sociedad.
En cierto modo, las empresas de obediencia ciega tratan a las personas como
máquinas.
Las organizaciones de consentimiento acordado se basan en las
reglas y se enfocan en los procesos. Funcionan en base a jerarquías y
políticas. Buscan motivar a los empleados a través de recompensas y sanciones
basadas en el rendimiento. Mientras que estas organizaciones generalmente
tienen metas a largo plazo, también se ven forzadas a dejarlas de lado por los
desafíos a corto plazo. Estas organizaciones generalmente tratan a las personas
como máquinas complejas y adaptables.
Las organizaciones autónomas, sin embargo, se centran en la
humanidad. Estas organizaciones son impulsadas por la búsqueda del significado
y son guiadas por la autoridad moral, y no por la autoridad jerárquica. Las
empresas autónomas se enfocan en metas a largo plazo y en alcanzar un
rendimiento sostenible. Se inspiran en valores y principios éticos compartidos,
no en políticas y preceptos. A diferencia de la obediencia ciega y del
consentimiento acordado, dos estilos organizativos distintivos de la revolución
industrial, la autonomía es una capacidad humana única. Las máquinas pueden
funcionar en organizaciones de obediencia ciega y consentimiento acordado. Pero
solo los humanos pueden trabajar en un entorno autónomo. En palabras simples,
las empresas autónomas son las más humanas de todos los tipos de
organizaciones.
Por qué las empresas autónomas superan a todas las demás
El informe demuestra que las empresas autónomas superan a las que siguen
otros modelos de organización en varios aspectos. Tienen tres veces más
posibilidades de alcanzar altos niveles de rendimiento que sus rivales de
obediencia ciega, según las mediciones del crecimiento en la cuota de mercado,
satisfacción del cliente, sostenibilidad en el negocio y compromiso del
empleado.
Cuando Bill Gates desarrolló el sistema operativo Windows, creó un entorno
en el que varias aplicaciones de Microsoft pudieran trabajar juntas. En la
actualidad, debemos crear un sistema operativo humano, que le ofrezca un
espacio para crecer y prosperar a los comportamientos elevados como el coraje,
la compasión y la creatividad. Y las organizaciones autónomas son las que están
mejores posicionadas para alcanzar esto.
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